De aquí no me muevo!

3.5.09

Viena (incompleto)

Llegué a Viena en un frío octubre. Al principio, decidí pasar varios días recorriendo las calles de aquella ciudad y viajando en metro, escuchando aquella voz mecánica que anunciaba aquello de "Neubaugasse. Umsteigen zu der linie 13A" (Neubaugasse: conexión con la línea 13A). Adoraba aquel metro, hoy en día sigo echándolo de menos. Durante varios días, no hice mucho más que viajar de una estación a otra y pasear por las calles de los barrios de Viena, rodeada de árboles de hojas naranjas que caían a la acera y convertían a la ciudad en un bonito espectáculos de llamativos colores. Estuve viviendo de casa en casa, ocupando los sofás de mis amigos hasta que encontrara una casa en la que hacerme un hueco. Aproveché para reencontrarme con aquellos a los que hacía ya tiempo que había dejado atrás, disfruté de las cenas en casas de amigos, de las noches de copas en los clubs más conocidos de la ciudad, los paseos nocturnos abrigada hasta las orejas, los paseos en bicicleta... disfruté hasta que me di cuenta de que el dinero no me iba a durar eternamente y que necesitaba urgentemente buscarme un trabajo si no quería abandonar la ciudad de mis sueños.
Me puse manos a la obra y decidí buscar, para empezar, un piso compartido donde empezar mi vida. Ese sería el primer paso antes de sentirme totalmente integrada en aquella ciudad.
La búsqueda no duró mucho, de hecho, Petra y yo sólo necesitamos un día para encontrar el sitio perfecto - que a la larga descubriría que no iba a ser tan perfecto, pero ¿qué lugar lo es?-. Para ese supuesto primer día de búsqueda, elegimos tres pisos que visitar.
El primero fue un gran fracaso. Se encontraba situado cerca del Stadtpark, y a pocos minutos del centro de la ciudad. Las compañeras de piso eran dos chicas, una argentina y una colombiana, lesbianas feministas cuya norma más importante - y menos atractiva- era la prohibición, dentro de mis posibilidades, de dejar entrar a hombres y perros dentro del piso. No estaba dispuesta a dejar a mis amigos en la calle cuando quisieran visitarme, y con respecto a la norma del perro: Petra no aceptaría que yo viviera en un piso al que no pudiera entrar Zala, su perra. Le agradecimos su tiempo y nos despedimos de ella.
El segundo piso fue un fracaso aún mayor, además de una historia un tanto surrealista. Este estaba situado en el distrito nueve, muy cerca del museo de Freud y de la Votivskirche (mi iglesia favorita) y del NIG (Neue Institut Gebäude) de la Universidad de Viena. Ubicación perfecta, piso no tan perfecto. El "compañero" de piso era un señor de unos 60 años, un músico ucraniano que había alquilado el piso y subalquilaba una habitación, normalmente a estudiantes. Nos enseñó el apartamento y a mí los ojos se me salían de las órbitas. Todo estaba a medio hacer, tenía obras por toda la casa e incluso en medio del baño había una bañera gigante que, al parecer, quería instalar para quitar la anterior. La bañera estaba llena de escombros de una pared del baño que había derribado. En lugar de esa pared, el músico había colgado una cortina horrible que apenas tapaba el agujero tremendo que había hecho en la pared.
La habitación que subalquilaba no era mucho mejor que el resto de la casa. Medía no más de 10 m2 y sólo tenía un escritorio y una cama en alto, con una escalera y con unas pegatinas que a Petra le pusieron los pelos de punta: pegatinas del ejército austriaco.
Nos hizo pasar a su lado de la casa. Él subalquilaba la habitación con derecho a utilizar la cocina y el baño, pero el resto era su lugar privado. Constaba de dos habitaciones de unos 20 m2. En una, había organizado un saloncito con zona de ensayo para sus instrumentos, en la otra tenía su dormitorio y su pequeña oficina. Allí nos explicó que necesitaría, para el contrato, mi pasaporte, mi permiso de trabajo (¡hola! soy europea...) y un bonito contrato de trabajo que, por supuesto, yo no tenía.
Volvimos a agradecer el tiempo que nos había regalado, nos despedimos y nos separamos. El tercer piso yo iría a verlo sola, después de pasar por casa de Lauri a tomar unas copas con él y a cenar.
Llegué al piso en cuestión, situado en el distrito ocho, detrás del Rathaus (ayuntamiento) y de la cárcel - que, curiosamente, está justo frente al Nationalbank (Banco Nacional); robas y en menos de un minuto has llegado a la cárcel, ¡qué práctico!-.El edificio era precioso: un antiguo edificio vienés con un ascensor de ensueño de rejas negras, con una lámpara colgando del techo, un banco de raso rojo y un espejo antiguo que ocupaba toda la pared final del ascensor. Me abrió la puerta una chica desaliñada pero muy simpática, Patricia. Sonreía poco, pero cuando lo hacía la sonrisa le llenaba toda la cara. Me enseñó el apartamento. Era enorme. Tenía seis dormitorios, el baño, varios pasillos infinitos y una cocina antigua con una preciosa estufa de piedra en la que, además, se podía cocinar. No tenía calefacción central, pero en cada habitación había o bien una estufa para usar con madera, o una para usar con aceite. La habitación que me ofrecían era una Durchgangzimmer, una habitación que era la habitación de paso para llegar a la de Patricia. Desde la puerta, habían construido una estantería que casi llegaba hasta el techo para darle un poco de intimidad a la atmósfera, ya que todo el que entrara a la habitación de Patricia, tendría que pasar por la mía. Era barata y muy amplia, así que acepté enseguida. Me contó que eran cinco viviendo en la casa y que yo sería la sexta. Decidimos que quedaríamos al día siguiente para conocer al resto de los compañeros y que traería a Petra para ayudarme con la comunicación; ya que a esas alturas yo apenas chapurreaba un poco de alemán y casi todo tenía que hablarlo en inglés.
Petra y yo llegamos puntuales - primera y última vez que las dos llegábamos puntuales a algún sitio- y con un regalito para aportar a la supuesta cena que iban a organizar. Ese fue el primer malentendido que tuve por culpa del idioma: yo entendí que nos iban a preparar una cena y, al llegar, vimos cómo todos se iban acercando a la cocina y cada uno se sacaba su comida sin invitar. No nos habían invitado a cenar, Patricia sólo me había comentado que fuéramos a la hora de la cena porque estarían todos. Petra quería matarme, pero yo tenía la excusa perfecta de no tener ni pajolera idea de alemán. Aquella fue la primera vez que vi a Jan y, desde ese momento, su mirada empezó a ponerme nerviosa. Tenía unos ojos azules clarísimos y muy pequeños con los que me miraba fijamente desde detrás de su taza de té. Me ponía nerviosa, no sabía a dónde mirar y apenas lo entendía cuando me hablaba. Petra sirvió de filtro para evitar nuevos malentendidos. Además de Jan, en aquella mesa estaban Margot, una chica polaca estudiante de bellas artes, rubia, risueña y con un acento divertido, Astrid, periodista del diario Standard, y el quinto, un chico del que por fin he conseguido olvidar el nombre pero del que jamás olvidaré la cara. Era un tío raro y con cara de pocos amigos. Medía casi dos metros y sólo se alimentaba de pan, ketchup y coca cola, aunque decía ser vegano. Se pasó los pocos días que vivimos juntos - más adelante contaré por qué lo echamos del piso- hablándome en latín y contándome cómo tocaba a los muertos en sus prácticas de la Escuela de Medicina.
Pasamos un rato agradable y decidimos que me mudaría la semana siguiente. No tenía mucho para mudarme, incluso estuve durmiendo en un colchón en el suelo raso durante mucho tiempo, pero la habitación me gustaba y la casa era preciosa.
Los primeros días los pasé intentando adaptarme a aquel caos de piso compartido en el que apenas había comunicación y notando la tensión en el ambiente por culpa del estudiante de medicina del que más tarde supe que era un antiguo neonazi que disfrutaba contándolo y que presumía de ser un chico que defendía a la mujer por ser mujer y sin sexismos baratos, pero que tenía un póster casi a tamaño real de Palmers, una marca de ropa interior femenina.
Pocos días después de empezar a vivir en Wickenburggasse (la calle donde estaba el piso), decidí ir a pasar un fin de semana en Steyr con Petra y Margit. Había una fiesta en la pequeña ciudad en la que ellas habían crecido y quisieron llevarme para que la conociera. Fue un fin de semana muy relajado, una noche de marcha, visitas a amigos de las niñas, muchos porros, paseos por la ciudad, fotos para llevárselas a mi padre - que había vivido en Steyr en los años 60 haciendo prácticas de ingeniero en una de las fábricas de la ciudad- y buena comida de las mamis de mis amigas.
Volví a Viena un domingo aparentamente tranquilo y me quejé al llegar a mi casa porque el ascensor no funcionaba. Todos bajaron la mirada y Patricia empezó a llorar. Pregunté qué ocurría: un niño de tres años había muerto aplastado por las puertas del ascensor esa misma tarde. Al parecer, la madre, una chica sudamericana, salía con el bebé en el carro. Su hijo de un año estaba dentro del ascensor y el de tres años estaba entre las puertas. El niño de un año pulsó el botón del ascensor, el ascensor se cerró y se puso en marcha, atrapando al niño, que no sobrevivió. El vegano extraño de mi casa bajó corriendo las escaleras cuando oyeron los gritos de la madre. Forzó las puertas del ascensor, sacó al niño e intentó reanimarlo, pero ya estaba muerto. A la madre la trasladaron a un hospital y ya nunca volvió al edificio. El ascensor se cerró y no se permitió su uso hasta que se aclarara la muerte del niño. Y a mi casa empezaron a llegar periodistas de Austria y Alemania pidiendo entrevistas. A nosotros no nos hacía ninguna gracia encontrarnos a los periodistas en nuestras habitaciones cuando llegábamos a casa, aquel circo estaba llegando demasiado lejos y no queríamos formar parte de él. El problema: el vegano extraño quería sus quince minutos de gloria en contra de lo que decidiera el resto de sus compañeros. Intentamos explicarle que no estábamos de acuerdo con la explotación morbosa que la prensa estaba haciendo del caso y que no queríamos que los periodistas llamaran continuamente o que se metieran en nuestra casa. Hizo oídos sordos y continuó dando entrevistas. El resto nos reunimos una noche en la cocina y decidimos que lo echaríamos del piso porque no nos sentíamos bien con él en casa - yo, sin ir más lejos, me moría de miedo cada vez que nos quedábamos solos él y yo en la casa-.

Cuando el vegano se fue, yo me trasladé a su habitación, un espacio de 25 m2 con una calefacción de aceite que calentaba tanto, que acabamos llamando a mi habitación "La habitación canaria". No tenía mucho con que llenarla, así que Jan se esmeró en ayudarme a buscar muebles para hacer de aquel lugar un sitio acogedor. Un compañero de su trabajo - era mensajero en bicicleta- acababa de morir y estaban regalando sus muebles. Fuimos con el camión del trabajo a buscar un sofá cama muy grande y alguna estantería. Yo compré un colchón de matrimonio y construimos la cama con unos palés de madera nuevos que encontramos en el portal de la casa - ¡estaban sin usar!-. Finalmente, la habitación quedó bastante agradable y muy práctica. Dejé un espacio al fondo de la habitación para esparcir por el suelo las piezas de un puzzle de Klimt de más de 2000 piezas que pretendía terminar algún día (todo quedó en un bonito intento). Incluso, recogí una pequeña televisión en blanco y negro que mis compañeros querían tirar a la basura y que me sirvió para practicar alemán cuando ellos no estaban en casa.

Durante ese tiempo, yo había estado repartiendo mi currículum por la ciudad sin suerte. Pasaba muchas horas sola en casa y me agobiaba no poder hacer nada. Me sentía inútil y me estresaba pensar que se me acababa el dinero y no conseguía trabajo. Incluso llegué a dibujar un cómic, con mi nula idea de dibujar, sobre un día en Viena en el que me caricaturaba a mí misma entregando mi currículum en el Zoom Museum (museo para niños), viajando en el metro deprimida, pasando horas sola en casa asustada por el silencio y el tamaño de aquella casa, y la posterior alegría cuando llegaban mis compañeros. Esas viñetas las cogió Patricia, que colaboraba en el Mumerl Comic, y acabaron publicadas sin preguntarme. La búsqueda no era todo lo fructuosa que yo deseaba, pero me salieron pequeños trabajos de niñera, de profesora de español e, incluso, de asistente de una artista que estaba realizando un proyecto con material de reciclaje (Mondo - Introducción del arte en el mundo de los niños) en una casa de acogida de niños.
Mientras tanto, mi relación con la casa se iba afianzando y yo empezaba a imponer mis normas entre mis compañeros: una casa en la que viven tantas personas necesita un poco de vida en común. Ellos no solían reunirse mucho y hacían sus vidas siempre separados del resto de la comunidad. A mí eso, al ser miembro de una familia de nueve hermanos, me resultaba extraño y me molestaba. Así que empecé a organizar cenas para obligarlos a reunirse alguna vez en semana, y funcionó. El resto de los días, solía sentarme en la cocina con Jan, con su mirada misteriosa desde el otro lado de la taza de té. A veces, apagaba las luces y llenaba la cocina de velas, fumábamos mariguana en su pipa - sin mezclar, mariguana pura- y se pasaba minutos, que me parecían horas, mirándome fijamente bebiendo su té. Y así fuimos acercándonos más el uno al otro hasta que ocurrió lo inevitable.

Fue una noche en la que me invitó a ir a una fiesta con un amigo que vivía en el distrito tres. Acepté enseguida porque me gustaba mucho pasar tiempo con él, a pesar de no poder mirarlo a los ojos. Fuimos los tres a la fiesta y salimos enseguida porque nos encontramos con un evento que no encajaba nada con nuestra manera de divertirnos: un montón de pijos vieneses en una fiesta aburrida en la que bebían vino y hablaban en voz baja. Decidimos ir al piso de su amigo, Florian, a tomarnos un té - Jan es alérgico al alcohol-, fumarnos un porro y conversar un rato. Aquella fue la primera vez que descubrí que cuando estaba muy cerca de Jan, a mí me daba frío. La habitación la habían calentado hasta los veinticinco grados debido a mis temblores, pero aún así, yo no paraba de temblar. Jan me tapó con una manta, me quitó los calcetines y me frotó los pies para que entrara en calor, luego me frotó los brazos, pero yo temblaba más. Nos quedamos así, abrazados, para intentar evitar que me diera una neumonía. Era un abrazo inocente, pero a mí me daba más frío.
Llegó la hora de dormir y, por supuesto, decidimos quedarnos allí porque estábamos muy lejos de casa y era muy tarde. Ellos hicieron el reparto de camas: Florian dormiría en la suya en su habitación, Jan y yo dormiríamos en la cama de su compañera de piso que se había ido de vacaciones.
Me metí en la cama completamente vestida y, mientras Jan me sorprendía desnudándose completamente, yo me puse a mover las almohadas y me encontré debajo de mi cabeza un consolador gigante de color fucsia y unas bolas chinas. Empecé a empujarlo al suelo con la almohada gritando que no pensaba dormir con un pene debajo de mi cabeza y Jan se reía pidiéndome que dejara las cosas donde estaban porque no eran mías. Le dije que las volveríamos a colocar al día siguiente, pero que no pensaba dormir con aquella cosa USADA debajo de mi cabeza. Se reía a carcajadas hasta que se metió en la cama. Estuvimos hablando pegados el uno al otro y, cuando la conversación llegó a los susurros, no pudimos evitar besarnos.
Fue una de las dos únicas veces en las que fue cariñoso en la cama durante el tiempo que estuvimos juntos. Después, él se durmió profundamente y yo, para variar, me quedé despierta hasta que me aburrí de estar en la cama. A las ocho de la mañana, me vestí y me fui a pasear por el barrio.

Bajo sus efectos

Proceso gran cantidad de información a una velocidad que desconocía. Me asusta que el procedimiento de ajuste de mi cerebro mezcle sensaciones que no necesito con razonamientos imprescindibles, y acabe percibiendo una realidad distorsionada. Al fin y al cabo, una realidad.
Me introduzco en los agujeros negros de mi cerebro que se empenian en traicionarme, y me pregunto si no sería más fácil reconocer que toda realidad es subjetiva y que sólo yo soy capaz de evitarme un calvario que, por si fuera poco, ya conozco.
La ficción...quizá sea eso lo que me separe del mono, y no la curvatura de su espalda.
Amén.

El dolor

Me duele un hombro: será parte del dadaísmo anárquico al que se ha afiliado mi cuerpo tras entender que la edad no es sólo cuestión de velitas sino, además, la acumulación de quejas por los golpes bajos que me he dado a mí misma, o será la consecuencia de una mala postura frente a los consejos que no había pedido pero que todo el mundo se empeniaba en regalarme creyendo ser los Reyes Magos de la verdad absoluta?
Sea cual sea la razón, a mí me duele un hombro.

2.5.09

Disculpas

La manera más fácil de sobrevivir a tu jungla es proyectando tus errores en el ojo ajeno, ver la culpabilidad en otra pupila y no entenderlo como el reflejo del danio que haces, sino como el que infringen sobre ti. Ser víctima cuando no eres más que un verdugo. Llorar lágrimas de cocodrilo sobre el cadáver destrozado de quien un día te adorara y sentirte Atila en tu cumbre. Y un día ese reflejo te dejará ciego y cuando ya no puedas vislumbrar el reflejo de tu propia arrogancia, empezarás a ser humilde.

Estás aquí

No estarás allí donde tu cuerpo descanse, sino en esos recuerdos de desencuentros y reconciliación que se quedan aquí, conmigo.
Tú eres todo lo que yo he compartido contigo. Tú eres quien mi imaginación decida que seas y existírás siempre que mi fantasía quiera que existas. Cuando mi imaginación muera y mi fantasía agonice, tú dejarás de ser incluso un recuerdo.
No es una amenaza, es la cruda realidad.

12.3.07

Querido Sr. Presidente- Pink

Querido Sr. Presidente
Venga a dar un paseo conmigo
Vamos a simular que sólo somos dos personas y que no es usted mejor que yo
Me gustaría preguntarle un par de cosas si podemos hablar sinceramente

Qué siente cuando ve a todos esos sin techo en las calles?
A quién reza usted por las noches antes de irse a dormir?
Qué siente cuando se mira al espejo?
Está orgulloso?

Cómo duerme cuando el resto lloramos?
Cómo suenia cuando una madre no ha tenido la oportunidad de decir adios?

Cómo camina con la cabeza en alto?
Puede usted mirarme a los ojos
y explicarme por qué?

Querido Sr. Presidente
Fue usted un ninio solitario?
Es usted un ninio solitario?
Es usted un ninio solitario?

Cómo puede decir que ningún ninio queda atrás?
No somos tontos ni ciegos
Están todos sentados en sus cárceles
Mientras usted pavimenta el camino al infierno

Qué tipo de padre le quitaría sus derechos a su propia hija?
Y qué tipo de padre odiaría a su propia hija si fuera gay?
Sólo puedo imaginar lo que la Primera Dama tiene que decir
Usted ha llevado un largo camino de whiskey y cocaína

Cómo duerme cuando el resto lloramos?

Cómo suenia cuando una madre no ha tenido la oportunidad de decir adios?
Cómo camina con la cabeza en alto?
Puede usted mirarme a los ojos?

Deje que le hable de trabajo duro
Un sueldo mínimo cuando se está esperando un bebé
Deje que le hable de trabajo duro
Reconstruir tu casa después de que las bombas la destruyan
Deje que le hable de trabajo duro
Construir una cama de una caja de cartón
Deje que le hable de trabajo duro
Trabajo duro
Trabajo duro

Cómo duerme por las noches?
Cómo camina con la cabeza en alto?

Querido Sr. Presidente
Usted nunca pasearía conmigo
Lo haría?

9.3.07




¿Por qué habían vuelto a él estos dos recuerdos, tan alejados en el tiempo? No parecía probable que hubiese olido a leche en esta muchacha sólo porque había evocado aquellos dos recuerdos. Procedían de muchos años atrás, aunque en cierto modo no creía que pudieran distinguirse los recuerdos recientes de los distantes, los nuevos de los viejos. Era posible que guardase un recuerdo más fresco e inmediato de su infancia que del día anterior. ¿Acaso esta tendencia no se iba haciendo más clara a medida que uno envejecía? ¿Acaso los días juveniles de una persona no la hacían tal como era, conduciéndola a través de toda la vida? Era una trivialidad, pero la muchacha cuyo pecho se había manchado de sangre, le había enseñado que los labios de un hombre podían hacer sangrar casi cualquier parte del cuerpo de una mujer; y, aunque posteriormente Eguchi evitó llegar hasta este extremo, el recuerdo, el don de una mujer para comunicar fuerza a toda la vida de un hombre, seguía vivo en él, a pesar de sus sesenta y siete años.


Alma Mahler (Viena, 1879-1964), viuda del compositor Gustav Mahler y amante - e incluso esposa - de grandes artistas de la época: Gustav Klimt (Viena, 1862- 1918. Padre de la Wiener Sezession ), Walter Gropius (Berlín, 1883-1969. Arquitecto, padre de la Bauhaus ), Franz Werfel ( Praga, 1890-1945. Escritor judío conocido - entre otras- por la obra: La canción de Bernadette) y Kokoschka (Viena, 1886 - 1980. Pintor clasificado por los Nazis como "degenerado"), quien le dedicó gran parte de su obra pues se dice que estuvo enamorado de ella hasta el final de sus días. Este cuadro es, precisamente, una de esas obras que Kokoschka dedicó a Alma: "Alma Mahler, 1912" y se encuentra en el Museo Nacional de Arte Moderno de Tokyo.
Alma escribió algunas composiciones (desde pequenia había estudiado composición con Alexander Zemlinsky) que no trascendieron demasiado, e incluso llegó a atraverse con la pintura.
Vivió el final de sus días en Nueva York, donde se convirtió en un personaje cultural destacado.
Escribió un libro con su biografía, en el que se declaró simpatizante del fascismo inspirada en Nietzsche, antisemita y admiradora de Mussolini, pero no de Hitler.
Me encantaría saber qué sintió Kokoschka cuando se le dio la noticia de la muerte de su gran amada, quien le destrozó el corazón, pero a quien no podía dejar de amar... (tontorritismo de las 4 y pico de la maniana).

El frío suelo de un lavabo como aliado incondicional de tu mejilla, recipiente improvisado de unas lágrimas, antesala de un grito ahogado , enlosado pozo oscuro de brillantes y blancos azulejos, espejo y reflejo de una pena, el último desahogo, el lugar que, decorado del rojo de una sangre que se aburre de latir, se convertirá en tu último lecho.
Ps: recuerdas tu oportunidad?, en aquel entonces te dije que jamás sería una solución. Te mentí.

4.2.07



Una mezcla explosiva de sexo, política, cine y lazos familiares. "The dreamers" (Los soniadores) - Bernardo Bertolucci- se basa en París en 1968 y nos cuenta la historia de Matthew, un estudiante americano en Francia, Isabelle, una estudiante francesa, y el hermano gemelo de ésta, Theo. Luchadores todos por un cambio revolucionario en la Francia de finales de los 60, en medio de una ola de sucesos que pretenden cambiarle la cara al país, Matthew, Isabelle y Theo deciden vivir juntos en un piso familiar en el que habitan los gemelos (nota: aunque la película no fuera buena, que lo es, sólo por ver el apartamento merece la pena!).

A partir de ahí, Matthew se adentra en los juegos casi perversos de unos hermanos que parecen llevar su relación familiar demasiado lejos. La atmósfera sexual se apodera del apartamento y se mezcla con las discusiones políticas y juegos cinematográficas que los tres disfrutan, llevando una vida en la que cada uno toma un papel "político" bien marcado dentro del apartamento: Theo asume el papel de padre y con él, el poder. Matthew lucha por una mayor democracia entre los tres, a la vez que lucha contra el poder de Matthew intentando,incluso, sacar a Isabelle de la casa para poder alejarla temporalmente de Theo. Isabelle es la pura anarquía, libre (aunque no de sentimientos, los cuales son incluso obsesivos) y preocupada únicamente por su bienestar y felicidad, planteándose incluso la posible muerte de los 3 si con ello puede evitar que se les saque de su micromundo.

Elegimos la película con una excusa bastante ridícula: era la oportunidad de ver a Eva Green (la nueva chica Bond) tal y como su mamá la trajo al mundo (y más!). Nos encontramos con mucho más que eso, una película dura e intensa, unos diálogos igual de duros e intensos y todo en un ambiente sexual a veces incluso enfermo.

Y una nota a pie de página, aparte de poder ver a una jovencita Eva Green, el papel de Matthew es interpretado por Michael Pitt, quien más tarde protagonizara "Last Days" (esa película tan aburrida que comento por ahí abajo....).

3.2.07

Guirilandia

Guirilandia

Estaba intentando concentrarme en el trabajo, tarea arduo difícil cuando tu cuerpo vive el presente y tu cabeza está en el futuro cercano de una noche que parece prometer (y promete).
Y pensando en tal promesa, he llegado (un nudo te lleva a otro) hasta el análisis de las películas porno.
Recuerdo la primera película porno que vi, como diría una pija de Nueva Jersey: "OH, MY GOD!". No paraba de preguntarme cómo había llegado el pecho derecho de aquella dama a aquellos tubos tan raros que se suponía que formaban parte de una lavadora (tenía más apariencia de triturador de basuras que de lavadora, pero en fin... el cine hace maravillas!). Y mientras la seniora luchaba por sacar su preciado busto de aquella infernal máquina, un caballero (qué trasero tenía el caballero!) que decía ser técnico de lavadoras raras de cine porno americano, se empeniaba más en apretarle los tornillos de la puerta trasera a la dama que de sacarle la teta de los rodillos dichosos. Yo fruncía el cenio (que no el seno) para concentrarme un poco en el argumento de aquella historia (escaso, tirando a nulo). Mi companiero de "aventura" no fruncía el cenio, se tapaba la entrepierna con un cojín y miraba para otro lado para que no me diera cuenta de que se había puesto colorado. Cuando acabó el "espectáculo", el muchacho estaba caliente y yo confusa... le pregunté: "y se puede saber qué parte exactamente te ha puesto cachondo? cuando a la tía se le engancha la teta en los condenados tubitos, cuando el técnico, en lugar de ayudarla, se la tira como a un perro, o cuando la pilla el marido y acaba masturbándose en lugar de, como haría cualquier hijo de vecino, comerse al técnico con papas?". Él reía, y yo estaba ya hasta furiosa. Llegué a pensar: "seré una frígida?". Pues no senior, no lo era (por si cabía alguna duda). Después de aquella experiencia, estudié un poco más sobre el género, por el puro afán de averiguar qué era exactamente lo que encendía el interruptor sexual de un hombre en aquellas películas. Ninguna de las que vi (excepto la de dibujos animados, que no sé su nombre pero la recomiendo) consiguió que yo devorara a mi/mis companiero/s de las "tardes de cine", al contrario, me aburrían soberanamente. Lo consulté con amigas, enemigas y demás mujeres de mi entorno, todas reconocían (espero que sinceramente) que una película porno jamás podría despertar su líbido. Y entonces me di cuenta: los capullos primaverales, la debilidad del pito desenvainado contra la fortaleza del oculto y profundo poder femenino. Una palabra despierta a la bestia (y cuántas veces lo he comprobado), pero el calor de la entrepierna de una dama necesita de mucho más que una chispa para que se encienda.
Muchachos, lo siento, son ustedes eso que tanto han llamado a las damas: unos facilones!
Nota: el cacahuetis queda excluído de tal afirmación, que es un "muchacho" bien "dificilón"!

21.1.07



Bajamar. Tenerife. Enero 2007







De pateo con Ana, Vero y Nira por el Monte de las Mercedes. Tenerife.

Enero 2007

14.1.07


En qué estaría yo pensando?
Noviembre 2006

12.1.07

Me pregunto qué se siente al ser la tibieza de una sábana abandonada con rapidez, qué se siente siendo una erección matutina que ni la ducha consigue aliviar, qué se siente siendo una voz quebrada que replica un "voy" desde el calor del que no quiere levantarse, qué se siente siendo el perro que amistosamente se excita, qué se siente siendo ojos brillosos y cansancio del desahogo, qué se siente siendo placer, qué se siente durmiendo a tu lado...

3.1.07

La vuelta que nunca fue ida...

A finales del mes de Marzo de 2006, Espania se levanta con una noticia que despierta la esperanza de la gran mayoría (que no de todos): la banda terrorista ETA anuncia un alto el fuego permanente.
"Alto el fuego permanente", que no un "proceso de paz" ni la "entrega de sus armas". "Permanente", que no un "Para siempre".
El optimismo se apodera de Espania y algunos empiezan a ver un final a la guerra con ETA en su recién declarado "Alto el fuego permanente". Se olvidan de una cosa: la adrenalina que desprende un etarra al planear, preparar y llevar a cabo un asesinato.
Sí, suena un poco macabro, pero es que esa es mi opinión sincera del objetivo de ETA, ya ni siquiera recuerdan por qué "pelean", sólo recuerdan el olor a sangre que, como a un animal cuando lo prueba por primera vez, se apodera de sus sentidos y les pide más y más sangre. No están locos, no son guerrilleros que luchan por la libertad de su pueblo (a estas alturas, sólo centroeuropa puede creer que el Ché Guevara no era un asesino), no son los héroes de un pueblo bajo la presión de un Estado al que no quieren pertenecer (entre otras cosas, porque a quien asesinan, principalmente, es a su propio pueblo!), son una banda de asesinos cuyo único motor es y será, hoy y siempre, la sangre.
El Presidente del Gobierno en aquella época decide, dentro de las limitaciones propias de un caso tan complejo, aprovechar el anuncio de ETA para intentar un diálogo con los terroristas. La oposición (la derecha quejica, y que me perdone el cacahuetis) sigue fiel a su actitud cabezota y utiliza la opinión del Gobierno de un posible final con un diálogo en condiciones para acusarles de todo lo acusable por querer dialogar con asesinos, y por qué poner barreras a todos los intentos? se les podría acusar de intentar un imposible, convencer a ETA de que deje de sentir el olor a sangre, pero no se les puede acusar de no estar intentándolo!
A finales del mismo anio, ETA provoca un atentado y acaba, con ello, el alto el fuego permanente: la guerra, que no había acabado, sigue latente.
La oposición aprovecha, una vez más, la sangre y la destrucción de ETA para recriminar al Gobierno sus deseos de acabar con el conflicto. EL Gobierno declara el final del diálogo con ETA. ETA no se pronuncia, aunque su brazo político (Batasuna) sí que lo hace, declara que no lo esperaban, declara que se puede llegar a un compromiso y una solución, declara que existe un final al conflicto. Pero ETA no se pronuncia.
A mí, personalmente, no me ha parecido mal la actitud del Gobierno: han intentado encontrar un final al conflicto de una manera pacífica. Reconozco que nunca he creído que fueran a conseguirlo, siguen siendo asesinos, nos guste o no, pero intentarlo, lo han intentado. Y , lo siento, pero he de reconocer también que el día que vi a ZP anunciando el posible diálogo con la banda terrorista, mi primer pensamiento fue: quítate las gafas rosa, ZP, que no serás tú quien acabe con la sangre. NI será el siguiente, ni el que venga después, esto va a durar muchos anios y nosotros no veremos ese fin!

2.1.07

Tracy Chapman - Talkin' about a revolution

30.12.06

Una prueba...

Unamuno...

Aunque de poco sirviera ya, al menos se reconocerían las injusticias contra un genio, Miguel de Unamuno.

http://www.elpais.com/articulo/espana/Unamuno/continua/siendo/celestina/antipatriota/elpepunac/20061229elpepinac_20/Tes

28.12.06



Munich - Diciembre 2006

(El Caos!)



Munich - Diciembre 2006


Munich - Diciembre 2006


Munich - Diciembre 2006

20.12.06

Por la boca del pez...


De pie, en aquel muelle con olor a grasa, sangre y perros muertos, me sumerjo en un suenio provocado por el calor y el aire fétido que respiro:
Sentada en la boca por la que sí muere el pez, sintiendo la humedad de la lengua en la que he acomodado mis nalgas desnudas, aspirando el hedor a pescado muerto mezclado con el olor entre ácido y dulzón que segrega mi cuerpo al sentir el frío húmedo de una lengua viscosa sobre la que descansan mis piernas, y unos dientes punzantes en los que apoyo mi espalda. Desnuda, con el cabello empapado por la saliva viscosa del paladar que golpea mi cabeza, encogida, intentando estirar todo lo largo de mi cuerpo en la hornacina esculpida para mí en la boca por la que sí muere el pez.
Mis ojos se han acostumbrado a la oscuridad, mi nariz a la peste intensa que me rodea. Mis músculos agarrotados se convierten sólo en dolor cuando intento estirar mis extremidades. Gateo a lo largo de la lengua intentando encontrar la salida. Tengo frío y apenas puedo moverme en un hueco tan estrecho. Me faltan las fuerzas, me desmayo.Abro los ojos, oigo gritos.
La vida del puerto no se ha detenido: pescadores de manos sucias apurados, corriendo con cestas llenas de apestosos pescados y redes viejas. Senioras viejas y desdentadas que ríen con desagradables carcajadas y despiden a los marineros con gritos y una extrana alegría. Y, entre todo el barullo de gente que va y viene, llama mi atención una cesta vacía con un único pescado dentro, casi muerto, aprovechando las pocas fuerzas que le quedan para tomar el último aliento por esa boca por la que sí vive el pez...

29.11.06



El Ojo de Londres y el Támesis

Londres - Noviembre 2006




The Unilever Series - Tate Museum
Londres - Noviembre
For Carsten Höller, the experience of sliding is best summed up in a phrase by the French writer Roger Caillois as a ‘voluptuous panic upon an otherwise lucid mind’. The slides are impressive sculptures in their own right, and you don’t have to hurtle down them to appreciate this artwork. What interests Höller, however, is both the visual spectacle of watching people sliding and the ‘inner spectacle’ experienced by the sliders themselves, the state of simultaneous delight and anxiety that you enter as you descend.2006
Para Carsten Höller, la experiencia de deslizarse queda bien resumida en una frase del escritor francés Roger Caillois como un "pánico voluptuoso sobre una , al contrario, mente lúcida". Los toboganes son esculturas impresionantes por sí mismas y no necesitas deslizarte por ellos para apreciar su valor artístico. Sin embargo, lo que interesa a Höller son tanto el espectáculo visual de ver a la gente deslizándose como el "espéctaculo interno" experimentado por los que se deslizan, el estado de placer y ansiedad simultáneos en el que entras al descender. 2006

24.11.06



Londres - Noviembre 2006



Londres - Noviembre 2006


Londres - Noviembre 2006

22.11.06

Preguntaba la muchacha a su enamorado en aquella película que no dejo de recordar, una película de verdades sexuales y sentimentales, una película de diálogos y sexo, sin ser explícita ni chabacana en el desarrollo: "Por qué la eliges a ella?"; contestaba el enamorado, consciente del dolor que aquello iba a causar y triste por no poder cambiar la situación, por no poder dominar un sentimiento sobre el otro: "Porque ella NO me necesita"... y en ese momento la protagonista retornó al mundo de la lujuria del que no debía haber salido nunca y el protagonista inició el viaje a su desgracia. Y yo, sentada frente a la gran pantalla, pensé: "Jamás debe una mujer necesitar de un hombre, y si eso ocurre, nunca dejes que él lo sepa, porque la necesidad es precisamente el punto de destrucción de todo lo que se haya construído"...

23.9.06


El Duomo en su estado ya casi natural. Milán. Mayo 2006

El Danubio a su paso por Wachau. Agosto 2006


El convento de Melk (En nombre de la rosa).

Agosto 2006(con Carlos y Ana)

Atardecer en Attersee. Agosto 2006
(con Carlos y Ana)



Gosausee y la Dachstein de fondo. Septiembre 2006.


Salida de los barcos del Campeonato del Mundo de Pesca de Altura desde el puerto de Gran Tarajal. Septiembre 2006


La playa de gran Tarajal (Septiembre-2006). Mi infancia y mi adolescencia.

10.9.06

Al cacahuetis

Me levanté dos manianas seguidas sintiendo que echaba algo de menos. Me pasé dos días enteros con la sensación de que me faltaba algo, y todo porque he pasado dos noches soniando contigo. Y creerán los defensores del cutre culebrón que esto es puro tontorritismo, pero nada más lejos de nuestra realidad.
En mis suenios, tú y yo conversábamos durante horas en un cara a cara exento de lujuria y plagado de casta devoción. Desgastábamos sin apenas sudar todo aquello que nos encanta discutir: la debilidad de las mujeres frente a los hombres, el tontorritismo en general y en mi persona en particular, San Jose Mari del espíritu pecador, Guerra sí- Guerra no, Perú, Krygyzstán, Panamericana – el camino de tus locos-, Pol Pot, Hitler, Franco, la Europa que éramos, la América que quieres ser, el color de tus botas y el verde de la manta que cubre a esta osita...
Y me acordé del loft, de la cochinera, del ninio y de la Rocío, aquella que te hablaba a gritos cuando, tú en presencia y yo en ausencia, nos acercábamos al restaurante elegido por el pequenio gran genio. Y jugué otra vez a la metamorfosis de aquella que paseara al “kleinerfisch” por la ciudad, sin capota ni vergüenza, y volví a llorar con narcotizadas y a sentarme en el lugar de Ana, desde aquel rincón del codo del río en el que la vista le lleva la contraria a aquella voz que canta un “No quiero nada contigo”... y mientras, dibujaba jirafas junto a ti, en el patio de un colegio que guarda en el silencio de sus paredes las alegrías y tristezas de un ninio de dorados rizos e inteligente timidez.
Y te pido perdón por no estar ahí en estos momentos, aunque sabes que mi apoyo en esta distancia que nos une es incondicional.
Hasta tu vuelta...

12.6.06

"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita. "

Lolita - Nabokov

El Tesoro

Bajó al sótano de aquel caserón oscuro, vacío y casi derruído. Caminaba despacio, cada paso temía que fuera el último que diera dentro de aquella cueva.
El sótano olía a humedad y lo iluminaba la claridad que entraba por una pequenia ventana rota que había en lo alto de la pared mohosa.
En aquella casi penumbra descubrió un mundo que le recordaba a los juegos de infancia, a la búsqueda de tesoros en casas abandonadas en las montanias, cuando con sus amigos paseaba en busca de nuevas aventuras.
Viejos baúles llenos de vestidos sucios y anticuados, muebles rotos amontonados que algún día fueran la valiosa decoración de alguna habitación orgullosa de lucir tan bonitas reliquias, crucifijos, joyeros y en una esquina, apilados y cubiertos de polvo, un montón de libros que despertaron su curiosidad.
Dante, Petrarca, Boccaccio, Goethe, Thomas Bernhard, Kafka, Ovidio, Machiavelli, Góngora, Quevedo, Garcilaso, Schiller, Kawata, Kundera, Jorge Luis Borges, Faulkner, Tzara, Kaminer, Joyce, Hesse, Azorín, Alberti, Unamuno, La Fayette, Nabokov, Süskind, Brecht, Hemingway, Saramago, Fitzgerald.... el mayor tesoro que jamás había imaginado, la mayor colección de literatura que habría podido desear, amontonados todos en una esquina de aquel sótano que desprendía un olor desagradable a humedad, hedor que se mezclaba con el delicioso aroma que destilaban las páginas del tesoro descubierto.
Se dio cuenta de que le sería imposible llevar consigo aquel hallazgo y decidió convertir aquel rincón en el su altar secreto, donde iría cada tarde a encontrarse con el alma olvidada de escritores de hoy y de siempre, tan distintos, pero tan grandes...
Su rincón sigue siendo para muchos un suenio inalcanzable, pero no imposible!

25.5.06

Conversaciones con un/a Desconocido/a...

" que no vemos ni vivimos"

Discrepo: verlo sí que lo vemos, quizá con el ojo del observador pasivo, pero lo vemos. No nos atrevemos a mezclarnos en una historia que creemos ajena, aunque hipócritas lloremos la pena del otro mundo; pero verla, LA VEMOS!
Yo, personalmente, prefiero ser hipócrita porque con el tiempo me he dado cuenta de que por mucho que grite, luche o proteste, el mundo no va a cambiar... los malos seguirán siendo malos, los buenos conseguirán ser peores; y yo, pequenita, hipócrita e inútil, prefiero preocuparme por llegar a fin de mes con mi sueldo, por poder pagarme un viaje cada vez a un nuevo mundo y por descubrir , si se dejan , el lado bueno de aquellos que se acercan a mí. Y sí, también soy adicta a las noticias, para poder discutir con los míos lo mal que anda este mundo en alguna cafetería de moda en esta ciudad al otro lado de Europa...
Que me castiguen por egoísta, que me crucifiquen y me apedreen, que me insulten por la calle... tampoco eso va a conseguir que cambie nada! El mundo es demasiado grande para preocuparnos y un pequenio cambio no arregla nada, te cuenten lo que te cuenten...son muchos los cambios que en mi corta vida he intentado llevar a cabo y ninguno ha servido más que para hundirme aún más en historias que no se pueden solucionar. "Vivir y dejar vivir", ese es el principio de nuestra existencia y no podemos hacer nada si aquellos que ocupan el sillón del poder no quieren entenderlo!
[...]
Vas camino de un centro comercial y una seniora con su hijo en brazos, sucios y harapientos ambos, te mira desde el suelo con los ojos baniados en lágrimas pidiéndote una moneda que dé de comer a su hijo. Tú la ves, desde la pasividad de quien se sabe seguro y con dinero suficiente para comprar ese libro tan caro en el centro del universo consumista, pero al fin y al cabo la ves!

La desgracia del "otro mundo" no es sólo el Tsunami que destroza un país pobre, no es la guerra que otros luchan cada día por ser el "máster del universo", no es la guerrilla que viven otros por defender lo indefendible; la desgracia del "otro mundo" está en la puerta de tu casa y no necesitas que ningún "profesional" (te has atrevido a llamarles "profesionales"?????) cuenta-historias (ahí sí que has acertado) te la ensenie a través del caleidoscopio que transforma para ti la realidad. Verla, la ves... pero sólo la ves!

Y por otro lado, olvida el altruismo. Todos, y digo bien: TODOS buscamos algo. El altruismo es exactamente esa utopía a la que querían llegar los católicos cuando inventaron el cuento de Jesús, porque sabían que el ser humano es incapaz de ser altruista, pues sus deseos, el poco egoísmo innato del que sufre y su preocupación por su entorno más cercano le impiden ofrecer el bien ajeno a cambio de nada. Porque no somos nosotros; somos nosotros, nuestras circunstancias y , sobre todo, aquellos que nos rodean, nuestros seres cercanos. Y si buscamos su bienestar, entonces somos felices. Y si somos felices, entonces no habremos sido altruistas, porque buscábamos precisamente esa felicidad.

7.5.06

Incluso cuando para todos el día amanece gris, el mío va más allá de un color.
Cuando los árboles se vuelven tristes y sin hojas, de un marrón despreciable, mis ramas brotan más allá de un color.
Cuando una blanca capa, monocromática y absurda, cubre las calles ocultando el contraste, mis pasos se abren más allá de un color.
Cuando un impertinente resplandor ciega los ojos de todos para llevarles a una oscuridad momentánea, yo veo más allá de un color.
Cuando la noche duerme al insomne con su brocha negra enemiga de los solitarios, mis suenios despiertan más allá de un color.
Cuando gigantes potencias se hunden en la negra sombra de una pobre crisis inesperada, mi moneda de cambio eleva su valor más allá de un color.
Cuando el mundo promete enganiarme con su falsa gama de supuestos bellos colores, mi conciencia despierta y se rebela más allá de un color.
Porque haga lo que haga, esté donde esté, sienta lo que sienta, no puedo negar la presencia inexplicable que me acompania, dibujada con acuarelas que han llegado mucho más allá de un color.



Una boca que se enfrenta a otra dejando, en la poca distancia que les separa, que el deseo fluya entre ambas.
Un pie, estirado y asustado, que se alza orgulloso ante unos labios que amenazan con posarse sobre él.
Una mano, temblorosa pero fuerte, que se acerca valiente a un cuerpo que sostiene la respiración ante el miedo a ese primer contacto.
La fusión de unos labios con los otros, el primer contacto, suave, tímido y débil, primer contacto que ayuda a reconocer el territorio enemigo.
El cosquilleo de los labios posándose despacio sobre el puente de un pie y la posterior amenaza de una lengua húmeda y vigorosa.
Labios que se separan, convirtiendo el punto de unión en la entrada a un nuevo mundo por explorar.
Manos que recorren la figura, acotándola a través de los dedos.
Sólo creo en la unión de la materia, de la pura piel, en el puro contacto, en la física y la química, en la matemática natural...
y en que me queda una eternidad para disfrutar de las ciencias de la fusión corporal!

29.4.06


La playa de Güigüi en Gran Canaria, un paríso al que sólo se accede subiendo y bajando una montania durante unas tres horas o pagando a las barquillas de La Aldea para que te lleven hasta allí.
Estas fotos son del anio 2001, aquel anio fue la única vez que llegué hasta allí y juré que la próxima vez pagaba por la barquilla!

Carta a Satanás

Tus cuernos no asustan. Tu rabo -acabado en punta de flecha- no da miedo. Tus ojos - aquellos que todas creemos haber visto, pero que en el fondo son un disfraz- no provocan ningún tipo de sensación.Tu valentía muere tras la cobardía de saber camuflarte entre las ramas de un mundo que toca la irrealidad. Tu caballerosidad desaparece tras halagos bastante pobres y ya vacìos de sentido. Las llamas tras las que te escondes ya no arden, han pasado a ser simples cenizas que jamás recuperarán su poder para destruir.
Tu capacidad de comerciar ha perdido fuerza, pues lo que ofreces es bien poco a cambio de un alma que jamás debió ponerse en venta en tu mundo, un mundo en el que crees hacerte poderoso, pero en el que sólo consigues transformarte de la manera más kafkiana en un pequeño bicho que alguien algún día sabrá reducir a una nada...esa nada que existe, pero que es insignificante. Insignificante como lo eres tú fuera de la bidimensionalidad de tu mundo ... que tal si pruebas a enfrentarte a tu propia realidad?
Te entregué mi alma...y tras una fatigosa lucha, la he recuperado. Y ahora ya no vuelve a estar en venta, porque nadie posee el oro suficiente para robarme mi bien más preciado.

Decidió que en aquella tierra los recuerdos eran demasiados. Los guardó en un baúl, los empaquetó junto a su ropa y decidió poner tierra de por medio. Ellos, quienes un día habían sido su noche y su día, ya no estaban allí... y ella no se sentía capaz de ver cada día la calle que recorrían juntos cada mañana, el mercado al que iban cada sábado, la playa en la que bajo los efectos de la química y la natura perdían el tiempo boca arriba, arreglando el mundo en frases lentas pero llenas de alegría. Quienes un día fueron su vida, ya no estarían junto a ella. Y al salir el sol cada mañana, recordaría los desayunos copiosos, sentados en aquella larga mesa, los paseos con "Elsa", de dos en dos, de tres en tres... la calle de fachadas colombinas, el parque de palmeras, la tiendecita de enfrente, el tipo de la gasolinera al que cada día le pedían "cambio para tabaco", el largo trayecto en guagua, la cerveza en la misma cafetería de siempre, el pescadito en San Cristóbal... el porro de la mañana...el porro del mediodía... el porro de la tarde... el sentir continuo de lo que aquellos llamaban "hambre química". La visita de aquel tipo, de habla divertida y rápida, de movimientos lentos pero seguros; su pesa, su materia, el humo que lo envolvía. Las notas arrancadas de un timple, cuando las cosas se torcían. Aquel que acompañaba al canto con los mejores acordes de su guitarra, que ahora ocupaba un hueco importante en lo que le quedaba de corazón, y que le había entregado los momentos más gloriosos de aquel año. Aquel que la rodeaba completamente y la apretaba, entregándole los mejores abrazos que jamás recibiría. Aquella que mezclaba jotas con y griegas, que veía la vida en flashes, que gozaba de la arquitectura del lugar. Aquella que veía naturaleza en el asfalto. Que luchaba por lo que ya nadie lucha, esperando recomponer un mundo que inevitablemente muere lentamente. Aquel que veía el mundo tras el objetivo de una cámara, convirtiendo la vida en una eterna fotografía; que le recordaba a aquel personaje del que seguían cada día las aventuras y desventuras por televisión. Aquel que un día nos dejó la vida en el salón y el último día de nuestra vida, se la llevó.
Los recuerdos eran demasiados. Y la ciudad parecía vacía sin ellos. No quería vivir la soledad, pero aún menos la melancolía, el recuerdo de aquellos que un día le devolvieron a la vida. Se fue, pero en su camino, volvió a verlos... ahora sueña cada día que todo vuelve a ser como era.


Suenia con él y despierta baniada en la humedad de un sudor puro e inocente, de un sudor provocado por la impotencia, por el no poder alcanzar aquello que de él anhelaba y que siempre le fue negado.Fuera, el frío de una noche de verano le recuerda los momentos en los que , justo antes de conventirse en quién realmente era, la abrazaba para protegerla de un frío invernal, de unas noches acompaniadas por el sonido de una estufa de aceite. Noches en las que ella creía ,durante apenas unas horas ,que todo aquello era real, justo hasta el momento en el que el sol le devolvía a la realidad, el momento en el que él volvía a ser su yo matutino, su superego, su yo por encima de todo, su paz ante los problemas de un mundo que decía querer salvar, pero que poco le importaba cuando abría los ojos. Él solía abandonar la habitación primero, dejándola dormir. La maniana le transformaba en aquello que ella odiaba. Ella callaba: no quería que una palabra suya estropeara el recuerdo de la noche, de los momentos en los que él aún era su príncipe azul. Él se preparaba, ella desayunaba sola. Le daba un beso en los labios y un "hasta luego" y ella se quedaba allí, con la única companía de una taza , pensando en cuánto tiempo podría aguantar al príncipe al que la maniana convertía en sapo.Y el día transcurría entre la soledad de ella y el recuerdo de él. Deseaba huir de su lado y, sin embargo, le daba miedo sentir necesidad de él. Cada viernes la abandonaba para volver a ella el lunes. Cada viernes pensaba que ese era el momento de escapar de aquella condena, cada domingo sentía que ya era tarde para hacerlo.Él le ensenió cosas prácticas para su día a día en una vida que ella empezaba, ella le ensenió a ser humano, a dar carinio y , ya al final, a sentir dolor por aquello que quieres.
Quiso oirla gritar, ella le negó ese deseo. Vivían la tortura del querer demostrar quién sería más fuerte.
Un buen día, ella le abandonó, harta de sobrevivir el día para vivir la noche. Él , contra todo pronóstico, le pidió que se quedara. Ella aprendió a no confiar en la belleza de la noche y las sombras , él aprendió a valorar el día.
Fin??

27.4.06

Sin que sirva de precedente: gracias por los consejillos, cacas!

26.4.06


Cualquiera podría decir que esos momentos estaban sacados de una película barata de jolivú, para mí fueron dos de las situaciones más raras y apasionantes de mi vida.
Al primero le conocí en la barra de un bar. Observador de la ONU, inglés - aunque nadie lo hubiera dicho por su sentido del humor -, muy pasados los 30, un tipo interesante y una conversación inmejorable. Pasé dos horas con él, dos horas que no puedo olvidar, dos horas en las que la sonrisa en mi cara era continua (diría que en la suya también) y sincera. Hablamos del mundo, de los idiomas, de culturas, de los seres humanos, de política internacional, de él, de mí.. compartimos dos horas irrepetibles y sin más, se fue sonriéndome hasta que le perdí de vista.
Al segundo le conocí esperando en un aeropuerto. Mi vuelo llevaba un retraso de más de dos horas y él había llegado al aeropuerto tres horas antes de que saliera el suyo. Nos habíamos sentado el uno junto al otro y empezamos a hablar. y de nuevo, dos horas de intensa conversación. Hablamos de su país (Canadá), del mío (el de Nunca*Jamás), de aeropuertos, de ciudades, de polémicos temas de hoy y de siempre, de él, de mí... otras dos horas irrepetibles y sin más, me fuí. Me perdí entre el grupo de turistas, de parejas de viejecitos, de ninios gritones, de jóvenes enamorados y antes de desaparecer por la puerta de embarque, le miré por última vez. Me sonrió y le sonreí y ya nunca volvimos a saber el uno del otro.
Hoy me he acordado de los dos, de los dos desconocidos que aparecieron en mi vida fugazmente y que me ofrecieron dos horas intensas de conversación penetrante.
Creo que fue un acierto dejarlo así, sin más contacto, sin una dirección ni un teléfono, porque así quedarán siempre en mi recuerdo como dos momentos perfectos e irrepetibles.

25.4.06

Distancia la justa: aquella que nos despierta de la quimera en la que poco a poco, y sin saber cómo, nos vamos envolviendo. Distancia que quema, pero a la vez alivia. Un alejamiento que acerca espíritus, que une ideas, que enfrenta opiniones, que te convierte en el núcleo a la vez que en periferia.
No lo sabes, pero estás cerca. No lo sabes, pero me sientes. Siempre lo has hecho, aunque hayas pretendido evitarlo. Y ahora sólo existe entre nosotros esa distancia que nos une, que te santifica, que me recuerda que estás aquí, aunque ya no pueda verte. Y siento tu aliento sin poder ver tus labios. Y siento tu tacto sin poder ver tus manos. Y oigo tu voz, aunque no pronuncies palabra.
Y cuando me acerco, huyes. Y cuando te acercas, busco en otros lo que puedes ofrecerme. Y me mata la distancia, y me muero por tenerte lejos. Y sufro cuando estás a mi lado, y lloro cuando te vuelves a ir.

Un golpe seco, súbito, doloroso, rápido. No sientes tu cuerpo. Flotas. El peso de la levedad te convierte en un ser etéreo, y sigues flotando. Sientes el olor dulce de la sangre mezclarse con el hedor de la carne al desgarrarse y experimentas la perforación que provoca en la masa gris de tu cerebro. El sabor a sangre llena tu boca hasta que sientes secarse la lengua, convertirse en una roca cubierta de sangre, incapaz de moverse, incapaz de percibir su sabor. Ya no eres un cuerpo, sólo eres dolor .Te rodea una nube oscura que, poco a poco, va dando lugar a la oscuridad. Oyes gritos irreconocibles, voces que se acercan y se alejan. Ruidos que se mezclan hasta crear un caos sonoro y ... pierdes los sentidos. De repente, el grito sordo del silencio. De repente , la oscuridad. De repente, la levedad. De repente, la ausencia de olor y de sabor. De repente, la nada...

22.4.06

Y en medio del bullicio de una ciudad adormecida, en aquel mismo segundo, dos amantes responden al grito de dos cuerpos desquiciados; una madre da el último sorbo justo antes de apagar la luz de un día demasiado largo; un ninio aprieta en su mano el sable que ha de salvarle de aquellos que , en sus suenios, vendrán a visitarle; un senior inhala paciente la última bocanada antes de apretar el gatillo que le ha de salvar de una cárcel que él no ha elegido; una seniora - acaso otros no habrán de llamarla así- harapienta y llena de mugre recorre las calles llorando las esquinas.
Y en esa noche en la que la ciudad duerme y da la espalda a aquellos que le dan la vida, tú y yo , observando la vida que corre de ventana en ventana, de calle en calle, discutimos sin palabras la belleza de un encuentro inevitable, la tristeza de una despedida improvisada, la inconstancia de dos cuerpos volátiles que hallan en su atracción el eje que ha de separarles.

20.4.06

Antonio, el nuevo miembro de la familia nació el 18 de Abril de 2006 en Las Palmas de Gran Canaria, pesó 3 kilitos y necesitó de forces porque se resistía a salir!
Mi vínculo con su madre (mi hermana) y su padre convierte este nacimiento en uno de los momentos más emotivos de mi vida, pues la historia de amor de ellos dos comenzó aquella noche, sentados los tres en aquella mesa (horrible mesa!), jugando una partida de "pocha" a las cartas (cuchillito mata a isla!) en el momento en el que dos buenísimos amigos (él y ella) me mentían contándonme que ese día se habían hecho calambritos (que diría el cacahuete), aunque al día siguiente llevaron la ficción a la realidad y comenzaron una historia que dura hasta hoy y que ha dado como fruto este precioso ninio.
Pasé muchos días y noches de discusión con ellos (más con ella que con él, evidentemente) hasta que un día decidí venirme a estas tierras lejanas y tuvimos que separarnos. Esa noche ella lloró mucho, aunque creo que yo más que ella, y en el momento en el que me despedí de ella, a pesar de las continuas broncas, me pareció perder una parte importante de mi vida: unos 5 anios compartiendo un pequenio piso, toda una vida siendo mi consejera sexual, mi amiga, mi enemiga en momentos de ovulación, co-madre de la que fuera nuestra preciosa gata (me reía ayer al escucharla decir : "es como el día que recibimos a Nala, una sensación parecida!"). Perdí una parte de mí, que de todas formas, continuará en mis recuerdos y en el amor que siento por Mercedes, gran hermana, gran mandona, gran persona y , supongo que a partir de hoy, gran MADRE!
Felicidades, Mer y Tonu!

19.4.06


Quiero ser Zipi o Zape, Peter Pan, Caperucita, Campanilla, Pulgarcita, Grettel (y Hansel, porqué no!), quiero ser un personaje de Callejas o de Hans Christian Andersen, quiero ser uno de esos que permanecerán de por vida en un mundo infantil lleno de fantasía y aventuras, sin pisar jamás el mundo de los adultos en los que el "yo y mi atmósfera" está por encima de todo.
No quiero crecer, quiero ponerme las gafas que transforman la realidad, un eterno caleidoscopio en el que las formas y colores del mundo no den lugar a la pena, al sufrimiento, al egoísmo o a la falta de respeto.
Quiero vivir en la infancia, en la inocencia, en la felicidad continua del amar y ser amado, sin preocuparme por cuánto tiempo durará este estado.
Y jamás crecer, jamás "Madurar", ese verbo horrible que durante mi adolescencia me amenazaba día a día desde los labios de mi madre: madurar, madurar, madurar.... Esa obligación futura e inevitable que me hacía sentir el fruto de un árbol que en cuanto madurara, caería del árbol para golpear con la cabeza la realidad y no volver nunca a la felicidad de la dependencia.
Quiero vivir en el país de nunca jamás y despertar junto a enanos, dragones, brujas buenas y malas, perfilar mi día a día con el pincel de la fantasía hasta que llegue la noche y me acompanie a mi cuna, donde continuaré viviendo la aventura en suenios de futuros juegos.



Crash es una de esas películas de las que nadie sabía nada hasta que la Academia de los Oscar de Jolivú decidiera otorgarle el mayor título de dicha academia: el oscar a la mejor película.
Y si alguna lo merecía dentro del cine jolivudiense, esa era Crash.
Es una película que no te deja indiferente, intercambiando actitudes de una escena a otra, despertando sensaciones buenas y malas, provocando en tí la rabia, la tristeza, la impotencia en ocasiones , pero jamás la risa aunque sí la alegría.
Yo destacaría lo maduro del trabajo de Sandra Bullock, teniendo en cuenta que no es actriz de mi devoción. Me ha resultado grato verla en un papel que se sale de sus convencionales protagonismos, en el que se le ve profesional, casi consiguiendo olvidar que es ella la que actúa. Aunque quizá también ayude el que no sea uno de los roles más importante de la película.
Por otro lado, es obligado mencionar a Matt Dillon y su impecable interpretación tanto en una dirección como en la otra; así como la belleza de Thandie Newton, en su papel como esposa altiva de un exitoso director de televisión (la pareja despertó en mí las sensaciones más duras, a la vez que las más tiernas).
Crash es una historia de vidas que chocan entre sí, de mezclas entre el blanco y el negro, del bien y del mal y de hasta dónde somos capaces de juzgar sin profundizar en el origen de una u otra reacción.
Estoy deseando que llegue el momento en el que pueda comentarla con el cacahuetis!

17.4.06

Primera foto de Antonio (junior) el nuevo miembro de la familia que nacerá algún día a finales del mes de Abril de 2006.
En esta "foto" , con 7 meses de vida!

16.4.06


Oktoberfest, Munich 2005
Esta fiesta surgió de la celebración de la ciudad de Munich de la boda del futuro rey de Baviera, Ludwig I y la princesa Theresa de Sajonia en 1810, celebración que duró hasta el primer domingo de Octubre de ese anio. Tanto éxito tuvo la fiesta, que hoy se ha convertido en una tradición y para mí, en la fiesta tradicional más patética que he vivido. Durante casi 3 semanas, millones de personas visitan la ciudad con el único objetivo de ponerse de cerveza hasta la coronilla... si el pobre cacahuete pasara por allí!!


El Englische Garten de Munich en la zona nudista, un lugar perfecto para tirarse a tomar el sol sin sentirse continuamente observado. Munich, Septiembre 2005.



Junto al Danubio
Viena - Austria
~ 2002


La espiral de Mondsee
Mondsee- Salzburgo
Agosto, 2005



Un ruido casi imperceptible y Morfeo abandona la habitación en silencio. Te giras, piensas, cierras los ojos y le vuelves a invocar, suplicando en silencio que te tome entre sus brazos y te haga abandonar temporalmente la realidad. Se resiste. Ruegas, gimes, imploras. Después de una larga batalla en la que rehúsa volver a tus brazos, cuando has perdido toda esperanza, Morfeo te toma con violencia y se funde en tu cerebro para transportarte al estado de la irrealidad. Pero su orgullo supera toda estratagema y vuelve a abandonarte en medio de la noche.
Le prometes de rodillas que desconectarás la máquina que produce sensaciones, propósitos, razonamientos y conclusiones; pero Morfeo, perro viejo en el encuentro nocturno con damas que sin dignidad suplican sus servicios, sabe tan bien como tú que serás incapaz de desenchufar la maquinaria para entregarte plenamente a los placeres que él ha de brindarte.
Tras una larga noche de batalla casi sangrienta y áspera entre su vanidad y tu indignidad, después de llorarle que no te abandonara hasta que el molesto ruido de la maniana destrozara tu tímpano, agotada por el gasto inútil de energías en una lucha perdida de antemano, abandonas la contienda y te arrastras al nuevo día sin la más mínima esperanza de poder salvar un poco de todos los suenios disipados bajo la esencia del abandono de Morfeo.

15.4.06


Una película como mínimo sorprendente, que nos sitúa en el nacimiento del género porno.
Nada que ver con la vulgaridad y el mal gusto del porno contemporáneo, aunque algunas escenas puedan superarlo en escándalo y provocación. Sin embargo, a pesar de que la película es un documental bastante interesante para comparar el antes y el después de ese género, sigue dejando un gran hueco en lo que al depertar de la líbido se refiere. En mi caso, ni unas ni ésta han conseguido que "me castigue" mi apetito sexual como lo haría, por ejemplo, cualquier escena erótica de la película Herida.
La película, dirigida por Michel Reilhac en 2002, es una recopilación de pequenios cortos que se exhibían en los burdeles franceses para mantener el ambiente, mientras los clientes esperaban su turno .
A destacar el último corto, una pieza realizada en versión de dibujos animados de la época, llena de humor y muy bien trabajada (en mi opinión!).
Golfos y Picardías (de antanio) habría sido motivo de el peor de los escándalos si hubiera salido a la luz en los anios en los que fueron grabados los cortos: presenta desde relaciones sexuales entre dos párrocos, hasta felaciones practicadas nada menos que por perros, lo cual puede resultar chocante y desagradable si no se sigue la película recordando en todo momento su significado documental.
Además, la película pone un poco en duda la profesionalidad y nivel de las actrices pornos de hoy en día, que tanto luchan por ser reconocidas como tales: actrices. Las de este documental son simples prostitutas que aceptaron grabar los cortos por muy poco dinero, sin tener idea alguna de interpretación, pero con bastantes buenos resultados.
Aunque el cine porno sea entendido como tema tabú (todavía hoy en los tiempos que corren!) y aunque esté de mal gusto hablar de él, recomiendo esta película por su valor documental, porque siempre se puede sorprender a los contertulios de una importante cena preguntando: qué piensan ustedes sobre el inicio del cine porno allá por los anios 20?
Nota: El cacahuete cree que se me debería encarcelar por este tipo de recomendaciones; ya sé qué regalarle para su "piiii" cumpleanios...

14.4.06

ViZto deZde fuera... (31.10.05)


Visto desde fuera, todo cambia de color. Te levantas por la maniana y nadie te cuenta que la monarquía espaniola, que tan poco dinero nos cuesta, por fin tiene continuidad. Te cuentan que El Consejo de Seguridad de la ONU anda imponiendo exigencias a Siria. Ensombrecen tu maniana con la historia de los disturbios continuos entre jóvenes y policías en el suburbio parisino de Clichy-Sous-Bois. Te llevan al borde del escalofrío contándote las reuniones mantenidas entre Ariel Sharon y la plana mayor de su ejército. Pierden el tiempo describiendo los problemas de Bulgaria y Rumanía para unirse a la "deseada" Unión Europea. Pero Europa parece haber olvidado a la princesa plebeya.
Nadie te cuenta la felicidad de los abuelos, que es aun mayor que la de cualquier ciudadano de a pie, pues sus sentimientos deben ser los sentimientos del pueblo. Nadie nos cuenta que la pobre LetiZia ha sufrido de una cesárea, una noticia importante para el desarrollo de un país y de la Unión a la que pertenece!
Mujeres de Espania, no hay de qué preocuparse, la cesárea está de moda como los zapatos de 10 cms!
Visto desde fuera, todo tiene , definitivamente, un color menos rosa...

10.4.06


Last Days , de Gus van Sant (El indomable Will Hunting, Mi Idaho Privado) , no se trata de ningún documento biográfico, aunque sí que está inspirada en los que podrían haber sido los últimos días de Kurt Cobain (vocalista del grupo Nirvana).
La película es una de esas piezas de cine que pretenden ser vanguardista y acaban pecando de aburridas, una de esas en las que la butaca se vuelve incómoda, las palomitas saben a plástico y la cola te parece más caliente que de costumbre.
Gus van Sant intenta contarnos la historia de Blake, un exitoso cantante grunge, unos días antes de su fatídico final. Para ello, nos "regala" escenas como aquella en la que la cámara se detiene delante de un árbol y cuyo único sonido es el viento que mece las hojas durante unos 5 minutos, nada más... una de esas faltas de diálogo que tanto apasionan al cacahuete y que a mí tanto suenio me dan!
Y así se desarrolla la película, en un ambiente bastante falto de comunicación y en un tripi continuo del director.
En mi opinión,Gus van sant ha dado un pinchazo en su carrera con esta película. Quizá el resto de espectadores "cool" que compartían noche de cine en el FilmCasino de Viena conmigo, hayan encontrado ese punto moderno e innovador de la historia,a mí, sin embargo, me pareció tediosa y falta de argumento.


En Liljia Forever (conocida en territorio de habla hispana como "Las alas de la vida"), el poeta, novelista y cineasta sueco Lukas Moodyson acude a su pasión por escandalizar despertando la conciencia del espectador y nos cuenta la historia de Lilja, una ninia rusa abandonada por su madre (quien emigra a EEUU en compania de su nuevo novio) en la más triste de las pobrezas. A través de la vida de Lilja, a partir del momento en el que es abandonada, nos adentraremos en el infierno de la trata de personas. En mi opinión, Lilja forever es, más que un largometraje típico que pretenda destrozar la sensibilidad del espectador, una película documental basada en un caso ficticio que nos muestra una cruda realidad desde cómo se les engania para llevarlas a países desarrollados, hasta las consecuencias finales.

Lilja forever es una coproducción ruso-sueca ganadora de varios premios, entre ellos, en los festivales de cine de Gijón y Estocolmo.


Köstendorf - Salzburgo (Austria)

Agosto - 2005


9.4.06


Mariaschutz - Niederösterreich
Austria
2005 (by Lauri)

Mi cabecita asomando desde el Atersee

Oberösterreich (Austria)

Agosto - 2005


Atersee - Oberösterreich

Agosto - 2005


El Danubio congelado a los pies de Buda.

Budapest.

Enero - 2006