Conversaciones con un/a Desconocido/a...
" que no vemos ni vivimos"
Discrepo: verlo sí que lo vemos, quizá con el ojo del observador pasivo, pero lo vemos. No nos atrevemos a mezclarnos en una historia que creemos ajena, aunque hipócritas lloremos la pena del otro mundo; pero verla, LA VEMOS!
Yo, personalmente, prefiero ser hipócrita porque con el tiempo me he dado cuenta de que por mucho que grite, luche o proteste, el mundo no va a cambiar... los malos seguirán siendo malos, los buenos conseguirán ser peores; y yo, pequenita, hipócrita e inútil, prefiero preocuparme por llegar a fin de mes con mi sueldo, por poder pagarme un viaje cada vez a un nuevo mundo y por descubrir , si se dejan , el lado bueno de aquellos que se acercan a mí. Y sí, también soy adicta a las noticias, para poder discutir con los míos lo mal que anda este mundo en alguna cafetería de moda en esta ciudad al otro lado de Europa...
Que me castiguen por egoísta, que me crucifiquen y me apedreen, que me insulten por la calle... tampoco eso va a conseguir que cambie nada! El mundo es demasiado grande para preocuparnos y un pequenio cambio no arregla nada, te cuenten lo que te cuenten...son muchos los cambios que en mi corta vida he intentado llevar a cabo y ninguno ha servido más que para hundirme aún más en historias que no se pueden solucionar. "Vivir y dejar vivir", ese es el principio de nuestra existencia y no podemos hacer nada si aquellos que ocupan el sillón del poder no quieren entenderlo!
[...]
Vas camino de un centro comercial y una seniora con su hijo en brazos, sucios y harapientos ambos, te mira desde el suelo con los ojos baniados en lágrimas pidiéndote una moneda que dé de comer a su hijo. Tú la ves, desde la pasividad de quien se sabe seguro y con dinero suficiente para comprar ese libro tan caro en el centro del universo consumista, pero al fin y al cabo la ves!
La desgracia del "otro mundo" no es sólo el Tsunami que destroza un país pobre, no es la guerra que otros luchan cada día por ser el "máster del universo", no es la guerrilla que viven otros por defender lo indefendible; la desgracia del "otro mundo" está en la puerta de tu casa y no necesitas que ningún "profesional" (te has atrevido a llamarles "profesionales"?????) cuenta-historias (ahí sí que has acertado) te la ensenie a través del caleidoscopio que transforma para ti la realidad. Verla, la ves... pero sólo la ves!
Y por otro lado, olvida el altruismo. Todos, y digo bien: TODOS buscamos algo. El altruismo es exactamente esa utopía a la que querían llegar los católicos cuando inventaron el cuento de Jesús, porque sabían que el ser humano es incapaz de ser altruista, pues sus deseos, el poco egoísmo innato del que sufre y su preocupación por su entorno más cercano le impiden ofrecer el bien ajeno a cambio de nada. Porque no somos nosotros; somos nosotros, nuestras circunstancias y , sobre todo, aquellos que nos rodean, nuestros seres cercanos. Y si buscamos su bienestar, entonces somos felices. Y si somos felices, entonces no habremos sido altruistas, porque buscábamos precisamente esa felicidad.
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