Suenia con él y despierta baniada en la humedad de un sudor puro e inocente, de un sudor provocado por la impotencia, por el no poder alcanzar aquello que de él anhelaba y que siempre le fue negado.Fuera, el frío de una noche de verano le recuerda los momentos en los que , justo antes de conventirse en quién realmente era, la abrazaba para protegerla de un frío invernal, de unas noches acompaniadas por el sonido de una estufa de aceite. Noches en las que ella creía ,durante apenas unas horas ,que todo aquello era real, justo hasta el momento en el que el sol le devolvía a la realidad, el momento en el que él volvía a ser su yo matutino, su superego, su yo por encima de todo, su paz ante los problemas de un mundo que decía querer salvar, pero que poco le importaba cuando abría los ojos. Él solía abandonar la habitación primero, dejándola dormir. La maniana le transformaba en aquello que ella odiaba. Ella callaba: no quería que una palabra suya estropeara el recuerdo de la noche, de los momentos en los que él aún era su príncipe azul. Él se preparaba, ella desayunaba sola. Le daba un beso en los labios y un "hasta luego" y ella se quedaba allí, con la única companía de una taza , pensando en cuánto tiempo podría aguantar al príncipe al que la maniana convertía en sapo.Y el día transcurría entre la soledad de ella y el recuerdo de él. Deseaba huir de su lado y, sin embargo, le daba miedo sentir necesidad de él. Cada viernes la abandonaba para volver a ella el lunes. Cada viernes pensaba que ese era el momento de escapar de aquella condena, cada domingo sentía que ya era tarde para hacerlo.Él le ensenió cosas prácticas para su día a día en una vida que ella empezaba, ella le ensenió a ser humano, a dar carinio y , ya al final, a sentir dolor por aquello que quieres.
Quiso oirla gritar, ella le negó ese deseo. Vivían la tortura del querer demostrar quién sería más fuerte.
Un buen día, ella le abandonó, harta de sobrevivir el día para vivir la noche. Él , contra todo pronóstico, le pidió que se quedara. Ella aprendió a no confiar en la belleza de la noche y las sombras , él aprendió a valorar el día.
Fin??
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