Uno de los pocos lugares capaces de ser absorbidos por los 5 sentidos es la orilla del mar:
sentir la arena húmeda bajo los pies descalzos, probar el salado sabor del salitre flotando en el aire, oler la mezcla de algas, humedad y sal, escuchar el silencio del mar amenazando a la orilla y pasar horas sentada de cara al horizonte, admirando el encuentro de la espuma con la arena.

Si he de morir, que sea a la orilla del mar!